Por cortesía de Luly imos ir publicando a recensión de diferentes libros que están á vosa disposición na sección local da biblioteca. Comezamos con "El pasado que seré" de Fernando Rodríguez Montero.
EL PASADO QUE SERÉ
— ¿Cómo afrontas tú la
lectura, Zahara?
—Para mí hay tres formas de leer un
libro…

Antes de continuar con la reseña del libro EL PASADO QUE SERÉ, de Fernando
Rodríguez Montero, diré sencillamente que me encantó, me llevó tiempo leerlo
—cuatro tardes— en las que saboreé cada uno de sus capítulos como si estuviera
degustando el más delicado manjar, aunque a veces la ‘ciencia’ que destila se
me atragantara un poco porque de biología nada sé. Pero algo aprendí. Gracias.
¿Por qué cuatro tardes?
A saber: primavera, verano, otoño e invierno. Así lo he distribuido,
como ordena el índice. Por cierto ‘Invierno’ cuadró leerlo una tarde de viento
y tormenta, como corresponde al texto.
¿Qué personaje me gustó más?
Sin duda alguna, Eulogio, por conocido, el famoso farero de Estaca de
Bares. Vas leyendo y lo ves, le pones voz y te ríes viéndolo moverse en su
entorno y acabas cenando con él en el faro y acariciando a Luna y...
¿Cuál es la figura más lograda?
Pues me pongo a los pies del vagabundo barcelonés sin nombre y lo
declaro ‘persona grata’ a más no poder, por lo que simbolizan los ‘sin techo’
en nuestra sociedad, aquellos que un día tuvieron lo necesario para vivir y por
culpa de un banco lo perdieron todo…
¿Qué me dices de Zahara?
Es la personificación del amor, de la inteligencia y de lo que no
quisiéramos que nos ocurriese, o sí… pues conocer el amor siempre es
maravilloso.
Pasamos a los genes de Roy que esconden un codiciado secreto, Bóreas,
protagonista de la historia; el inmortal curtido en mil batallas que quiere
morir dignamente y, abrazado a su nave ‘Eos’, se funde con el mar.
También me inclino ante Orestes, el científico leal. El hombre que
quiere curar el cáncer.
Luego está toda la trama de dos multinacionales farmacéuticas
conocedoras del caso y dispuestas, cueste lo que cueste, a obtener sus frutos.
Espías y asesinos a sueldo nos sumergen en el quid de la cuestión.
¿Y los lugares?
Venecia en primera fila, bailes de máscaras, góndolas, Murano.
Barcelona, tan de moda. Pero sin duda nos quedamos con el paisaje de nuestra
costa gallega, Bares, Finisterre. Y para solaz de los ojos, las magníficas
ilustraciones del autor: son como el caramelo de regalo para endulzar las
páginas de un libro que recomiendo de veras.
¿Por qué no pongo guiones y pregunto-respondo?
Lean el libro, por favor… y luego hablamos.
Enhorabuena por quinientas treinta y cinco páginas llenas de amor y
misterio.
Luly
Dopico
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